El debate "vivir para trabajar o trabajar para vivir" se ha discutido durante años.
Por un lado, existe el dicho "si amas lo que haces, nunca trabajarás un día en tu vida" y por el otro, otro dicho que reza "el peor día de pesca es mejor que el mejor día de trabajo". Un buen líder sabe quién se para de un lado y quién del otro de su gente, porque el disfrute del trabajo se nota mucho al igual que hacerlo por obligación.
Ahora, para todos aquellos que no lo disfrutan, o al menos, no tanto… ¿Sabemos qué los apasiona?
Bien, para averiguarlo, debemos comenzar con algo simple en concepto, pero muchas veces difícil dependiendo de las personalidades, que es ni más ni menos que conocerlos.
Para hacerlo, primero tienen que confiar en nosotros, porque solo así se abrirán y mostrarán su verdadero, yo, que muchas veces está escondido detrás de las formalidades y respeto por las normas impuestas.
Ser confiable es algo que muchos no consiguen en toda su vida profesional, quizás por miedo o por una falsa creencia sobre lo que se puede mostrar de uno mismo o de las estrategias de la empresa sin hacerse vulnerables, así que este es uno de los temas difíciles.
Una vez que confíen en nosotros, comenzará la ardua tarea de encontrar cuál es la cuerda que los mueve a la acción y sobre qué tarea ponen la pasión en sus vidas fuera de su labor diaria para la empresa.
Y es allí donde los buenos líderes deben ayudar a llevar esta pasión descubierta al lugar de trabajo y tratar de unir ambos.
¿Formas de hacerlo?
Bueno, no hay recetas, porque cada persona es única y quizás lo que los apasiona también sea único, pero hay algunas cosas que se pueden hacer, y las principales armas que tenemos son la imaginación y la experiencia.
En mi caso, yo implementé algo que me resultó muy buenos en varias empresas: Los proyectos staff.
Se basa en que la gente traiga ideas sobre lo que le gusta hacer y veamos cómo eso se puede transformar en proyectos para la empresa liderados por ellos mismos.
Así se generaron cosas en algunas empresas donde lo implementé como la intranet, el comedor para empleados, el newsletter de recursos humanos, la red de comercios con descuentos para el personal, la parrilla para el asado de los viernes, el grupo de ayuda para los exámenes de la facultad, el concurso anual de pesca y otros tantos. Cada uno liderado por quien trajo la idea y con sus jefes, e incluso los jefes de sus jefes, participando como parte del grupo de trabajo.
Esto hizo que aquellos que soñaban con hacer algo que no era su tarea habitual lo pudieran hacer y pudieran ver el proyecto realizado y en marcha. Algo muy motivante por cierto.
Muchos de mis colegas han implementado con éxito sus propias maneras de hacerlo y seguramente habrá muchísimas más formas, porque la imaginación nos abre infinitas puertas, solo tratemos de no cerrarlas antes de que alguna buena idea tome vida.
Entonces… ¿Qué estás haciendo para apasionar a los desapasionados de tu equipo?