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¿Qué tal eres pidiendo ayuda?



En el cambiante mundo de hoy, agresivo muchas veces, altamente competitivo, y voraz con aquellos que se quedan atrás, siempre debemos estar reinventando.

Puede que se trate de nuestra carrera, de nuestro negocio, o de la vida laboral, pero siempre debemos estar ajustando y buscando nuevas alternativas, al punto de, muchas veces, patear el tablero y comenzar de nuevo.

Como están dadas las cosas, ser experto en reinventarse es vital para el éxito y hay que aprovechar al máximo nuestros instintos personales para generar un impulso profesional que nos permita llevar a cabo estas reinvenciones.

Claro que tenemos que tener una buena autocrítica, y estar analizando nuestra performance o la de nuestro negocio todo el tiempo para poder así determinar qué ha funcionado y qué no ha funcionado, y que es lo que deberíamos hacer a continuación.

Y esto debe suceder todo el tiempo, ya sea que nos encontremos trabajando o “entre trabajos” (between jobs), como dicen los que sienten un poco de vergüenza por estar desocupados o aquellos positivos y optimistas que no toman esto como un gran problema y lo asumen como temporal.

El problema aquí es que, muchas veces, el día a día nos insume todas las energías y no podemos poner foco en esto, y la reinvención necesita poder despejar la cabeza y tener el tiempo necesario disponible.

Cuando esto nos pasa y no podemos solos, siempre es muy útil tener un asesor de confianza.

Con él se puede compartir la verdad de lo que nos pasa, rendir cuentas si pactamos objetivos y tener un recurso al que se puede recurrir con poca antelación para obtener ideas, consejos, alternativas y soluciones innovadoras, o, de mínima, una visión diferente de la nuestra sobre el tema que nos ocupa.

Este asesor de confianza puede ser una persona o un grupo de ellas y podría tener distintos formatos, pero todos con el mismo fin.

Los formatos más usuales que encontramos son:

  • un entrenador ejecutivo o coach (usualmente lo contrata la empresa, y es alguien que está disponible para ayudarnos)

  • un grupo de apoyo (referentes de la organización en la que nos desempeñamos)

  • un grupo consultivo de pares (hay varias organizaciones que arman grupos de gerentes, directores o dueños de empresa que comparten experiencias)

  • un compañero de negocio (quien nos conoce bien a nosotros y al negocio)

  • un familiar con una amplia experiencia laboral y profesional

Este asesor puede ayudarnos a hacer mejor nuestra tarea, de manera más inteligente y más rápida, rompiendo nuestros bloqueos.

Por algo las estrellas de la música, así como los atletas, utilizan un entrenador ejecutivo o coach como su asesor de confianza.

Pero para que la magia ocurra se tienen que dar ciertas condiciones.

La primera y más importante, la confianza en el apoyo a recibir y la apertura mental para aceptarlo.

La segunda y no menos importante, la asignación de tiempo para que esta ayuda ocurra. Demasiadas veces me encontré con que mis asesorados no asistían a nuestras reuniones por cuestiones operativas o problemas, que eran los mismos que tratábamos de resolver.

Por último, la capacidad y humildad de aceptar que nos equivocamos y no anteponer el orgullo que nos hace negar nuestros errores.

Y en tu caso… ¿pensaste alguna vez en buscar ayuda?

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