Hoy hay mucho movimiento en este tema.
Muchas empresas que ofrecen ayudarnos con la transformación digital (nosotros lo hacemos también, jeje), muchas otras que presentan un panorama sombrío al respecto, y otras que nos llenan de optimismo por los posibles resultados.
Pareciera ser que la transformación digital es el último grito de los cambios (sinceramente no podemos llamarlo moda), y que fuera algo que apareció ahora, de repente.
Sin embargo, les cuento un pequeño secreto a voces: Venimos transformándonos digitalmente desde hace muchísimo tiempo y todo comenzó, según mi entender, con la primera computadora.
La primera computadora que funcionó de verdad fue la de Konrad Zuse y eso fue en 1941 en el salón de la casa de sus padres en Berlín y podía guardar 64 palabras.
Zuse era un ingeniero civil que tenía que hacer cálculos de estática que daban mucho trabajo y por eso buscaba un camino para automatizar esos cálculos.
Finalmente llegó a un concepto, y con él a logró la primera computadora del mundo, la legendaria “Z3” en 1941.
Zuse no tardó mucho en reconocer la universalidad de su descubrimiento, sin embargo, su primer uso práctico fue el del servicio bélico, en los nuevos aviones de la Luftwaffe, y en la decodificación de mensajes de los aliados.
De allí en más, lo bola no dejó de crecer, surgió la “Enigma” que ayudó a ganar la guerra a los aliados, y ya para 1950 había computadoras comerciales donde descollaba IBM.
Muchas empresas grandes comenzaron a automatizar procesos y esto aceleró la innovación, con más jugadores cada vez en el mercado.
Pasaron los tiempos de los grandes centros de cómputos como fortalezas inexpugnables y prohibidas para el común de los mortales con la aparición del Kenbak-1, considerado por el Computer History Museum como el primer computador personal del mundo, diseñado e inventado por John Blankenbaker de Kenbak Corporation en 1970, y vendido por primera vez a principios de 1971.
Otra ola de cambios de las empresas y organizaciones para trabajar en la productividad personal, y nuevamente la carrera se aceleraba.
Entonces pasó algo que le daría más impulso y fue el nacimiento de Internet (al menos, de forma masiva) en el año 1983, cuando el Departamento de Defensa de los Estados Unidos decidió usar el protocolo TCP/IP en su red Arpanet creando así la red Arpa Internet (aunque sus primeros esbozos fueron comunicaciones entre universidades en 1969).
Otra vez cambios importantes en empresas y organizaciones de todo tipo para usar esta nueva tecnología.
Desde entonces el recambio tecnológico ha reducido sus ciclos de décadas a meses, y uno no termina de aprender algo cuando ya hay un reemplazo de eso que todavía no sabe usar.
Todo esto, absolutamente todo, fue transformación digital.
Entonces ¿Por qué tanto ruido sobre este tema?
Como en muchos otros momentos de la historia, hay quienes aprovechan para vender “nuevos conceptos” o “cambios de paradigma” que, en realidad, venimos adoptando paulatinamente desde hace más de 80 años.
Esta aseveración no implica que no haya un impacto real, que no se requieran cambios de paradigma, o que esta movida vaya a ser indolora. Para nada.
Sí hace que, como en cada ola, pensemos bien, qué de lo nuevo se adapta a nuestra organización, nuestro negocio, nuestros valores y nuestro presupuesto, y hagamos los planes necesarios para surfear esta ola, como lo hicimos nosotros mismos en el pasado o como lo hicieron quienes nos precedieron.
Entender lo nuevo, y ver cómo lo usamos es quizás el punto donde aquellos que estamos en el tema podemos ayudar más, y esto va desde la automatización simple de procesos, hasta el uso de la Inteligencia Artificial, pasando por una serie de artilugios interesantes de la digitalización.
No tenemos que adoptar todo, ni tampoco dejar pasar todo, así que, para estar en el punto justo de la transformación digital, es decir, en aquella necesaria para nosotros, sentémonos a charlar al respecto.
Preguntas
¿Tiene su organización procesos manuales que en otras organizaciones ya se han automatizado digitalmente?
¿Cree que su nivel de tecnología es menor que el de organizaciones similares en el mercado?
¿Está preocupado por quedarse atrás de sus competidores en la carrera por las mejoras que trae la digitalización?
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Excelente artículo