Muchas veces, cuando un líder va a contratar a alguien, y lo entrevista, generalmente y de forma inconsciente, está midiendo al candidato contra sus propias competencias.
Si el candidato es muy bueno, y lo supera, pueden pasar dos cosas: que este líder piense que no requiere más talento que el suyo y lo descarte por estar sobrecalificado, o que realmente actúe como un líder inteligente y lo contrate.
Si contratamos a personas más talentosas que nosotros, entonces nuestro trabajo como líderes es eliminar barreras, facilitarles el trabajo y corrernos del medio, es decir, convertirnos en verdaderos facilitadores al servicio de nuestra gente.
Muchos pensarán que es una locura, que entonces cuál será nuestro trabajo, y la respuesta es simple: tener personas más preparadas que nosotros trabajando en nuestros equipos, nos dará aire para poner foco en otras cosas, en otras prioridades de la organización, y en estrategias de mediano y largo plazo para la producción de nuestros equipos.
Por supuesto que muchos gerentes no se sienten cómodos con este concepto porque piensan que existe una competencia interna y que, para ganarla, ellos deben ser los que saben más y los que tienen la última palabra.
La gran diferencia entre ambos grupos, es que los primeros valoran el crecimiento y el bienestar de la organización más que sus propios bonos o aumentos de sueldo, mientras que los otros son corporativos mediocres y egoístas que solo miran su bolsillo y seguridad personal.
Esos grandes gerentes que contratan gente mejor preparada que ellos, crean una torta más grande a repartir y lo hacen sin ninguna inseguridad propia, porque no tienen ninguna.
Contratar a los mejores y más preparados que nosotros, no solo es un gran criterio para reclutar, sino que también resulta ser una valiosa ayuda a nuestra gestión del tiempo.
Al contratar a personas más talentosas que nosotros mismos, lo que debemos cuidar mucho es el proceso de reclutamiento y contratación, para que nuestra tarea con ellos una vez contratados, sea solo ayudarlos a desplegar sus competencias.
Como líderes, podremos centrarnos entonces en la estrategia a largo plazo, la diversidad, la innovación, el desarrollo del talento y trascender las fronteras de la empresa trabajando sobre los clientes y proveedores.
En lo personal, siempre he tratado de contratar a personas que sepan más que yo, porque mi trabajo en realidad no es saber más, sino orquestar lo que otros saben para tener los mejores resultados.
Más aún, siempre trato de participar en las reuniones de discusión con una importante premisa: En esa discusión no existe el escalafón, es decir, nadie es más que nadie, de lo contrario, no serviría de nada tener gente que sepa más que uno si no se la deja expresarse o se imponen ideas por la jerarquía formal.
Esto me ha permitido tener equipos altamente efectivos, donde cada opinión era válida, las discusiones eran sobre intereses, no posiciones y más importante aún, con argumentos, no dictámenes, lo que siempre ha contribuido a tener buenos climas de trabajo.
¿Y si no tenemos la suerte de poder contratar a los mejores, a esos que sepan más que nosotros?
La respuesta es simple, prepara a los que contratas para que lo sean.