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Trabajar más años, una norma no formalizada


Personas mayores trabajando

Si crees que vas a estar en la fuerza laboral más tiempo del que habías imaginado, definitivamente no estás solo.


Claro que la situación está complicada porque la edad jubilatoria formal está en menos de 65 años en la gran mayoría de los países y solo unos contados con los dedos de una mano superan este número por poco.


En encuestas realizadas por distintas organizaciones, un número cercano al 70 por ciento de los profesionales dijeron que han decidido extender su fecha de jubilación, ya sea por no confiar en que sus ahorros le sirvan para lo que le resta de vida, o simplemente por el hecho de sentirse muy activos y sin ganas de dejar de trabajar.


Y en este contexto, la mayoría tendrá que hacer esa extensión de manera independiente…


Las proyecciones que hacen los ejecutivos sobre la edad de jubilación han cambiado drásticamente en los últimos años y mientras que hace una década estaban en un promedio de 65 años, ahora se plantean hacerlo después de los 75.


El tema es que la gran mayoría teme no estar haciendo lo suficiente para garantizar una jubilación sin preocupaciones y está asumiendo un papel más proactivo.


Los problemas aquí son varios.


Por un lado, la expectativa de vida en el mundo (datos extraídos de estadísticas del Banco Mundial) ha ido aumentado a través de los años:

  • 1960 53 años

  • 1980 63 años

  • 2000 68 años

  • 2020 74 años

Claro que esto es a nivel mundial, pero los países más desarrollados tienen números muy diferentes, y aún en el nuestro (Argentina) los números son mayores:

  • 1960 65 años

  • 1980 69 años

  • 2000 74 años

  • 2020 78 años

Este aumento en la expectativa de vida no condice con las reglamentaciones que obligan a la gente a jubilarse una vez que alcanzaron la edad estipulada en las leyes, lo que provoca que muchos estén pensando en cómo seguir subsistiendo luego de su retiro.


Lo que antes quizás parecía ser un premio al esfuerzo de muchos años, hoy se parece más a un castigo de cual no todos tienen forma de escapar.


Lo que sí es cierto es que, para los que buscan trabajo, la cosa es peor, porque los tempranos 50 años son un límite real, muy pocas veces traspasado y con una visión de los entrevistadores que retrasa más de medio siglo.


No importan las ganas, el estado anímico, la buena salud, el dinamismo, o el esfuerzo disponible, todo se basa en que, dada la edad definida como tope, lo que cuenta son los años para llegar a ella, y un preconcepto muy incrustado y utilizado como excusa en los selectores, sobre la apertura mental de los que tenemos algunas juventudes acumuladas de más.


Creo que, sin una definición formal que acompañe, esto no tiene solución, salvo la de rebuscarse solo, porque además, hay un agravante, y es que cada vez hay menos aportantes activos por persona retirada, y los estados tienen que hacer malabarismos para cubrir las necesidades.


No hay fórmulas mágicas, pero se podría comenzar a resolver con algo como subir el tope pero que la edad de retiro fuera voluntaria a partir de un mínimo y sólo requiriera un año de aviso previo a los empleadores.


Por supuesto que esto debiera acompañarse por otras medidas en el empleo, porque cada vez hay más gente en edad activa y menos puestos disponibles, algo que no tiene vista de acomodarse sino todo lo contrario.


Trabajar menos horas por día individualmente y cubrir las horas necesarias con otras personas, trabajar menos días a la semana con el mismo concepto para la cobertura, o algunas medidas más duras para el lucro de las empresas como suspender las automatizaciones que eliminan puestos de trabajo hasta tanto éstas no tengan posibilidad de cubrir las posiciones necesarias con empleados.


Por supuesto, otras ideas son muy bienvenidas, ya que este es un problema, sino de todos, al menos de una inmensa mayoría de seres humanos.


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