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Dando forma a tu tarea para que te siente mejor


Maniquí, hombre pensando

Cuando alguien nuevo ingresa en una organización, ​​el enfoque del trabajo con respecto a su antecesor puede cambiar y eso no quiere decir que el anterior lo haya hecho mal.


Por ejemplo, quizás el que ocupaba la posición utilizaba su competencia en organización para desarrollar nuevos procedimientos y mantenía informados a los tomadores de decisión con la frecuencia necesaria, pero su sucesor tiene un buen manejo del diseño gráfico y está mejorando los diferentes informes de progreso para que los puntos clave se destaquen de manera más efectiva.


Ambos han tenido muy buenos resultados, haciendo una gran contribución a la eficiencia y la organización, pero con diferentes miradas y aplicación, y han estado utilizando el concepto de personalización o adecuación de la tarea a sus propios gustos y competencias.


La idea aquí es que muchos trabajos son en realidad bastante flexibles, lo que significa que su enfoque puede ajustarse para adaptarse a las habilidades y preferencias del titular en funciones.


Al rediseñar la tarea de esta manera, puedes aprovechar tus puntos fuertes, mejorando tanto la satisfacción como el rendimiento, cambiando el énfasis del trabajo hacia cosas que puedes hacer realmente bien, y dejar un poco de lado aquellas en las que probablemente tu desempeño sea más débil.


La personalización de la tarea puede parecer una idea simple, pero lo que la convierte en una herramienta realmente poderosa es que te permite aumentar el control que tienes sobre tu propia vida profesional, mientras que das una imagen de mayor impacto a tu empleador.


Prácticamente cualquier trabajo puede ser reelaborado, al menos en cierta medida, y puedes comenzar cuando lo desees, muchas veces, sin consultar necesariamente a los gerentes o tener que esperar su aprobación. Es como hacerse un traje a medida reformando alguno que ya tenías.


Da forma a tu trabajo de acuerdo con lo que valoras y estarás invirtiendo en tu futuro y en un mejor pasar en el día a día.


Para personalizar tu trabajo puedes seguir estos pasos:

  • Decide qué quieres cambiar

  • Evalúa cómo te afectará ese cambio a ti y a tu entorno de trabajo

  • En función de los cambios, analiza si requieres pedir autorización (muchas veces la costumbre mata la innovación)

  • Si ves algún signo negativo, actúa para poner un cambio positivo en su lugar

  • Ponlo en marcha

  • Verifica el progreso, ajusta y continúa

Confucio decía “Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida” a lo que puedo agregar “Modifícalo a tu gusto y tendrás el mismo resultado”


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