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El rol más difícil en las metodologías ágiles


superhéroe, silueta con capa

Hay un tipo de rol en las metodologías ágiles que requiere de algo que podríamos asimilar a los poderes de algunos superhéroes.

Estamos hablando del SCRUM Master, ROI Agile Master, Agile Coach, u otros similares.

Si bien muchas de las cosas que hace este tipo de rol son actividades de un líder, en este caso, son líderes que no pueden accionar como tales, porque no pueden dirigir las acciones.

Más allá de hacer cumplir la metodología que se esté usando, este rol tiene varios ejes de trabajo interesantes, y que es lo que hace a su función tan especial.

Veamos…

Asegura que el equipo sea completamente funcional y productivo permitiendo la cooperación a través de todos los roles y funciones para que ninguno de los miembros desconozca nada de lo que se está haciendo, y haya una comprensión funcional cruzada de lo que debe ser hecho.

Funciona como una barrera, aislando al equipo de interferencias externas, y analiza y remueve los impedimentos que surgen día a día para que no haya quiebre o bloqueo de las actividades pautadas.

A través del empoderamiento y de dejar al equipo autoorganizarse, mejora la calidad de vida de sus miembros facilitando la creatividad y la productividad en cualquier forma posible.

Es un facilitador a tiempo completo, luchando con los preconceptos de las metodologías tradicionales basados en la falsa creencia del comando y control por tener un plan de largo plazo, y también contra el pensamiento mágico del “todo se puede”.

Mirando hacia la organización, tiene el deber de cambiar una era de oscuridad donde solo se muestra la información justa y necesaria (y a veces ni eso), a una era de máxima transparencia, donde todos los interesados conocen todo respecto a la marcha de los proyectos.

Debe aceptar y hacer aceptar la volatilidad de las prioridades de acuerdo a las necesidades del negocio, rompiendo el paradigma habitual de tratar de bloquear la mayor cantidad de cambios posibles para respetar un plan, que termina por no ser útil para nadie.

Y para honrar el corazón de las metodologías ágiles, debe tratar de generar tiempo libre para la investigación y el juego en los equipos, cosas que promueven la creatividad y la innovación.

Sin tener ninguna autoridad sobre los miembros, debe asegurarse que cada uno está enfocado en el proyecto, y que todo lo necesario a hacer está dentro de los períodos constructivos.

También debe accionar sobre la organización, asegurándose que los impedimentos organizacionales se están trabajando en orden de prioridad, promoviendo los cambios y consiguiendo el mayor valor de la inversión en el desarrollo de cada

proyecto, sin dejar de lado el llevar la agilidad a la organización misma, más allá de su aplicación en los proyectos.

Por si todo esto fuera poco, desde la visión del capital humano, debe trabajar sobre los miembros del equipo para cambiarlos de especialistas a generalistas dedicados, mantenerlos motivados, y manejar, junto con las áreas pertinentes, un plan de carrera orientado a que cada uno alcance su máximo potencial, así como estar preparado para la resolución de conflictos y construcción de grupos de trabajo de alta eficiencia.

Para el mismo fin, debe estar alerta de las situaciones que puedan ser consideradas abusivas para las personas y trabajar con la organización para modificar el sistema de premios basándolo en el trabajo en equipo.

Por todo esto, este tipo de rol no es simplemente una evolución del mejor técnico, o del mejor jefe, sino una búsqueda de una persona muy especial, con el equilibrio necesario para cumplir cabalmente con lo requerido.

En pocas palabras, casi un superhéroe.

Tratemos entonces de no cometer el error de elegir mal a los individuos para cubrir este perfil, porque será desgastante e inútil, tanto para ellos como para la organización.

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