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El Yin y el Yang en los proyectos


Yin y Yang, perfil

En este momento estoy trabajando en un proyecto con gente de una ONG con la que me siento muy a gusto ya que siempre está sonriendo y termina, cada pocas oraciones, con la frase "¡no te preocupes!", independientemente de lo complicado o riesgoso de lo que yo esté diciendo.


Esta gente simplemente está feliz de lo que hace y hablar con ellos es llenarse de energía, y aunque me reconozco como un tipo muy positivo, esta gente me gana.


Viven en un mundo donde no tienen "desafíos", tienen "oportunidades" y su poder de pensamiento positivo, es algo increíble de presenciar.


El problema es que, a veces, al estar yo afligido por esta enfermedad terminal de la gestión de proyectos, este comportamiento me hace sentir descolocado.


Diariamente tenemos pequeños debates sobre la marcha de las cosas relacionadas con el proyecto, y, lo que hoy es una idea inacabada de una solución que debiéramos llevar adelante, para ellos es algo mágico que ya les está resolviendo la vida, y lo ejemplifican con una frase muy cómica “¡Esto es Disney!”.


Miran las cosas a través de la lente de lo que será cuando las cosas se alineen perfectamente, lo cual seguramente sucederá, y usan consistentemente el “no te preocupes” (que no es lo mismo que decir "no te ocupes") para asegurar esa visión.


Creo que es completamente necesario y algo muy bueno tener a gente con esa mentalidad positiva y esa visión, en cualquier proyecto que se encare.


¿Y en mi caso?


Bueno...

Digamos que puedo tener esa visión de la solución maravillosa con la cual también puedo coincidir totalmente, y hasta reconocer esos beneficios futuros que le facilitarán la vida, pero, indefectiblemente, en el mismo momento me centro en los factores de riesgo que pueden darse en el camino hacia esa solución, y complicarla.


Parece una posición negativa, y quizás lo sea, pero en realidad es uno de los trabajos que tenemos los gestores de proyecto, ya sea en función de Project Manager, como en Scrum Masters o ROI Agile Masters.

Necesitamos ver los riesgos antes que los demás y estar preparados para todo lo que pueda salir mal.


En un mundo perfecto, tendría una visión más liviana de las cosas, pero son muchos años en el camino de la gestión de proyectos cuya traza, puedo asegurar, no tiene nada de perfecta.


Estas conversaciones diarias me dejan siempre preguntándome si es mejor para un gestor de proyecto ser optimista y capaz de abordar los proyectos a través del lente de la gente sonriente y feliz, o estamos haciendo un mejor trabajo al gestionar nuestros proyectos y clientes preocupándonos y preparándonos para ocuparnos de los riesgos posibles.


Creo que es muy importante encontrar algún tipo de equilibrio o término medio, porque ambas cosas son necesarias, el soñar con un mundo de soluciones perfectas y el estar preparado para lo que venga.


A mi modo de ver, este es el Yin y el Yang de la gestión de proyectos, una especie de optimismo precavido que nos ayuda a soñar, pero con los pies sobre la tierra, y si quedarnos dormidos.




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