El estrés se ha convertido en una parte tan presente e integral de nuestras vidas, que terminamos corriendo de un lugar para el otro y saltando de un problema a otro o de un pensamiento a otro, con poca o ninguna consideración por nuestro cuerpo.
No es de extrañar que la mayoría de las dolencias actuales estén relacionadas con el estrés, que van desde síntomas físicos como aumento de la presión arterial, hasta síntomas mentales como menos concentración, confusión y depresión.
El antídoto perfecto contra el estrés es la relajación consciente, que simplemente permite que nuestros cuerpos se relajen poco a poco de una manera controlada y consciente y para ello hay varias técnicas, la mayoría basadas en la respiración.
La idea fundamental de estas técnicas es traernos al aquí y ahora, aquietando la mente, y consiguiendo un estado de paz y quietud interior… pero los problemas y el día a día siguen allí afuera.
Por supuesto que estas técnicas nos posicionan mejor para resolverlos y nos dan un momento de respiro, pero quizás también necesitemos de otras técnicas que tienen que ver con decidir, también conscientemente, qué hacemos con lo que nos pasa, o lo que le pasa a nuestra organización.
El tema a trabajar es la dimensión que le damos a eso que ocurre.
Demasiadas veces agrandamos el impacto en nuestra mente o nos preocupamos en demasía por cosas que no merecen la pena, generalmente porque tenemos un mandato ancestral de hacernos cargo de todo y una marcada actitud de bomberos saliendo a apagar incendios.
Pero en este ruidoso estado, también nos pasa lo contrario y, por estar tan ocupados resolviendo cosas, no actuamos sobre los temas importantes hasta que es tarde.
Creo que, para poder relajarnos con esto, tenemos que usar también una técnica, más asociada a lo que pasa afuera de nosotros, llamada matriz de impacto y urgencia, que tiene además como utilidad, marcarnos la prioridad que debemos darle a cada tema.
Si podemos pensar poniendo foco en cada cosa y asignándole un lugar en la matriz, veremos que muchas de las que hoy nos tienen preocupados u ocupados mentalmente, realmente no tienen relevancia, y que podemos desocupar nuestra mente de ellas, al menos por un tiempo.
Por otro lado, haber podido definir las cosas prioritarias a resolver, también nos da una tranquilidad mental y una posibilidad de poner mayor esfuerzo en resolverlas, sin distraernos con cosas menores.
No es difícil hacer esto, pero al principio cuesta por el ruido mental que nosotros mismos generamos, por lo que la práctica hace al maestro.
Para ayudarnos en obtener la práctica necesaria, es muy útil la relajación consciente por técnicas de respiración y otras, ya que son casi estrictamente necesarias para que obtengamos un estado mental de paz, tranquilidad y lucidez, que nos permita trabajar sobre los aspectos de la matriz de urgencia e impacto, poniendo foco.
Creo que complementar las técnicas para lo interno y lo externo, es la única forma de obtener los mejores resultados.