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Reduciendo el estrés (y ganando amigos) con la reestructuración cognitiva


pitufo gruñón, enojo

La reestructuración cognitiva es una técnica útil para comprender los sentimientos y estados de ánimo no felices, y para desafiar las creencias automáticas, la mayoría de las veces erróneas, que pueden estar detrás de ellos.


Como tal, podemos usarla para reformular esos pensamientos negativos innecesarios que todos experimentamos de vez en cuando.


La verdad es que el mal humor siempre es desagradable, puede reducir la calidad de nuestro desempeño y socava nuestras relaciones con los demás.


La reestructuración cognitiva nos ayuda a cambiar el pensamiento negativo o distorsionado que a menudo se esconde detrás de estos estados de ánimo, y nos hace abordar las situaciones con un estado de ánimo más positivo.


Esta técnica, que es un componente central de la terapia cognitivo-conductual (TCC), fue desarrollada por el psicólogo Albert Ellis a mediados de la década de 1950, basándose en trabajos anteriores de otros psicólogos.


Como los pensamientos negativos muchas veces están relacionados con comportamientos que resultan dañinos, ya sea para nosotros o para otros, podemos usar la técnica para controlarlos y cambiarlos.


Aplicaciones

La reestructuración cognitiva se ha utilizado con éxito para tratar una amplia variedad de afecciones, incluida la depresión, el trastorno de estrés postraumático, las adicciones, la ansiedad, las fobias sociales, los problemas de relación y el estrés permanente.


Por supuesto, si tenemos problemas como estos, indefectiblemente deberíamos consultar a un médico calificado, sin embargo, podemos utilizar la misma técnica para replantear nuestros pensamientos negativos cotidianos menos serios.


Por ejemplo, podemos usarlo para superar los pensamientos negativos antes de hablar en público o para mejorar nuestro estado de ánimo cuando tenemos un mal día.


También podemos usarlo para pensar positivamente antes de realizar una revisión de desempeño o una entrevista de trabajo, o antes de entablar una conversación difícil, así como para superar el miedo al fracaso o el miedo al éxito, y para vencer el auto sabotaje.


¿Vemos un ejemplo?

Acabamos de entregarle un informe a nuestro jefe, quien lo lee, nos felicita y agradece el trabajo y nos hace una serie de pequeñas críticas.


Desafortunadamente, uno de estos comentarios nos toca una fibra sensible, reaccionamos mal y regresamos a nuestra oficina enojados y molestos.


Sabemos que necesitamos superar esto para que nuestro estado de ánimo negativo no nos perjudique y no afecte a los demás.


Respiramos hondo unas cuantas veces y escribimos el por qué nos sentimos atacados por los comentarios.


Recordamos entonces que la calidad general de nuestro trabajo lo impresionó y entendemos que quiere que cambiemos pequeñas cosas para darle un mayor impacto pensando en quienes lo va a usar.


Como disfrutamos trabajando en el proyecto y sabemos que el nuestro fue un buen trabajo, después de tomarnos unos minutos para replantear la situación bajo otra mirada, ya no estamos enojados y llamamos a nuestro jefe para disculparnos por nuestro comportamiento, usando sus sugerencias para mejorar el informe.


En esta situación, hemos utilizado la reestructuración cognitiva para superar el pensamiento reactivo negativo


NOTA

Tener a mano esta técnica y darnos cuenta de que tenemos que usarla nos evitará muchos problemas y nos bajará los niveles de estrés.


Claro está que hay todo un proceso definido para ponerla en práctica, así que, en un próximo artículo, revisaremos los pasos para usarla efectivamente.



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