Si buscamos la definición de estrés en Wikipedia, nos vamos a encontrar con que es un conjunto de alteraciones que se producen en el organismo como respuesta física ante determinados estímulos repetidos, como por ejemplo el frío, el miedo, la alegría, etc.
¿Puede la empresa sufrir estrés? La respuesta es sí, pero otro tipo de estrés.
En el caso que analizamos, el estrés que puede sufrir la empresa es lo que llamamos estrés financiero.
Veamos por qué financiero y por qué puede ocurrir.
Las Pymes no se caracterizan por el exceso de capital disponible para financiar sus operaciones y demasiadas veces la política de financiamiento consiste en “vender los cheques que reciben”.
Nos encontramos entonces, generalmente, con las necesidades de financiamiento casi como en un círculo vicioso:
poca financiación,
demoras en producir,
demoras en entregar,
demoras en cobrar,
vuelve a faltar financiamiento,
se recurre a instituciones financieras,
los intereses son altos,
se debiera vender a precios más altos pero el mercado pone límites,
cuando se logra vender la rentabilidad alcanza sólo para pagar los intereses y tal vez algo de capital,
se vuelve a tener poco financiamiento
… y volvemos al principio
Otro fenómeno que favorece el estrés financiero es el del exceso y poco control de los gastos fijos.
En nuestro trabajo, cuando le preguntamos a un empresario Pyme si conoce bien sus gastos fijos, no siempre la respuesta es positiva y este es un problema mayor.
Comúnmente, nos encontramos que hay funciones no muy claramente determinadas que consumen recursos y no siempre crean valor, compras o contrataciones a conocidos sin comparación de presupuestos a precios más altos que los de mercado, y otras muchas cosas por el estilo.
Y un par de frases escuchadas repetidas veces como "comprar al que le compramos siempre", "todos hacen de todo en la empresa", y "esto siempre se hizo así", que agregan costos innecesarios o no controlados todo el tiempo.
Más fuego para alimentar el estrés financiero.
Pero también hay mitos como “en época de inflación hay que sobrestockearse”.
Esto viene por creer que siempre se va a poder vender a mejor precio.
¿Cuándo? Esto no tiene respuesta.
A esto podemos sumarle algunas preguntas como:
¿Se compraron mercaderías con deuda bancaria?
¿Se podrá cumplir con las obligaciones en término?
En cualquier contexto como este, no debemos olvidar que la inflación desemboca en recesión en la mayoría de los casos y, si ésta es la situación,
¿Se podrá vender con rentabilidad?
¿El mercado no fijará el límite?
¿Esto tiene solución?
Si bien no existen herramientas mágicas o recetas que funcionen para todo y para todos, hay una serie de mandamientos financieros para pymes y emprendedores, que creo pueden ser de utilidad, por su claridad, sentido común y porque yo mismo los experimenté:
Darle prioridad a actividades que generen caja
Limitar el inventario a lo necesario
Seleccionar los clientes favoreciendo el cobro anticipado
Endeudarse sólo si se puede devolver la deuda con recursos generados internamente
Revisar (o contratar a un experto que revise) nuestros procesos y perfiles para hacerlos eficientes
Tener bajo control el proceso de compras y contrataciones
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