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Mal comportamiento en el lugar de trabajo


Persona furiosa, compañeros asustados

En las empresas hay siempre algún personaje particular.


Una persona con un conocimiento excepcional, que dedica muchas horas a trabajar en sus proyectos, pero con un trato con sus colegas seco y distante, por decirlo suavemente.


Seguramente, durante años, esto parece no haber molestado demasiado a otros miembros de su equipo, ya que, habitualmente, los grupos son bastante tolerantes con aquellos con fuertes conocimientos técnicos, pero con falta de habilidades para con las personas.


Generalmente, los comentarios de estas personas son tomados como “de quien viene” y no se le da demasiado importancia.


Dado esto, nadie ha tomado ninguna acción al respecto.


Sin embargo, en algún momento las cosas comienzan a cambiar.


Un par de miembros del equipo abandonaron la empresa sin dar explicaciones, y uno de sus reemplazos ha estado estresado durante semanas, citando los frecuentes comentarios desagradables de nuestro personaje como la causa.


Como resultado, el equipo está atrasado en un proyecto importante y sin miras de poder cumplir con lo comprometido.


Lo primero que podemos decir ante esta situación es que, es tarde y "se nos escapó la tortuga" (como decimos por mi terruño), ya que debiéramos haber actuado antes de que se produzca el fallo visible.


Y esto, lamentablemente, ocurre muchas veces, siendo los líderes los responsables de evitarlo y actuar tempranamente corrigiendo situaciones que van minando el clima laboral y la relación entre los miembros del equipo.


Muchas veces, dejar pasar las cosas porque “parece que no pasa nada”, es un error que pagamos caro.


El clima laboral en los equipos vale oro y hay que cuidarlo.

Es lo que hace que se comprometan, se apoyen y se cubran cuando es necesario, además de tomar los desafíos en conjunto.


Una persona problemática es como la manzana podrida del cajón: Termina pudriendo a las demás.


Las soluciones pueden o no ser fáciles porque algunas personas se niegan a aceptar que tienen que cambiar, y, por otro lado, reemplazarlos a veces es difícil por su conocimiento, pero indefectiblemente tenemos que actuar.


Pero, hay problemas bastante peores…


¿Qué pasa cuando esta persona, agria, malhumorada, de malos tratos, es un jefe, un gerente o el mismo dueño de la empresa?


Bien, aquí el problema es mucho más grande porque está seguramente involucrada una parte mucho más grande de la organización, sino toda.


La única manera de resolver esto es enfrentándolo, buscando algunos aliados en la organización, tanto para arriba como en paralelo del puesto de la persona en cuestión.


Puedes tener éxito o no en esta batalla, pero te dejo un consejo, si esta persona es tu jefe o alguien por encima del mismo, no hagas nada sin haber rearmado tu currículo y concertado entrevistas de trabajo en alguna otra empresa.


Como reza un viejo dicho en medicina "¡Hay que curarse en salud!"


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