Hasta ahora, la manera fácil elegida de motivar a las personas en muchas organizaciones era el dinero, pero en estos tiempos, hay que mantener a nuestros equipos felices sin ello, porque el efectivo ya no está disponible como incentivo.
La recesión por la pandemia ha traído muchos términos viejos o previamente poco usados en nuestro día a día, como “socialización de las pérdidas”, "flexibilización cuantitativa" y, por supuesto, "bonificaciones cero".
Esta última es una frase algo inteligente, porque, técnicamente, una bonificación cero no es una bonificación en absoluto, pero las palabras dan la impresión de que las empresas no están incumpliendo las promesas anteriores de pagar bonificaciones, sino que están haciendo un ajuste temporal de montos.
Es cierto que, generalmente, las bonificaciones dependen del desempeño de la empresa, pero al plantearlo de esta manera dan esperanza a los trabajadores de que sus bonificaciones volverán a tener algún valor en el futuro.
En realidad, la práctica de pagar bonificaciones no está muerta, y muchas empresas, que han crecido producto de la pandemia, las utilizan.
También es cierto que utilizan el argumento un tanto circular de que necesitan bonificaciones para retener a las buenas personas porque sus competidores están pagando bonificaciones, pero en algunos rubros, las bonificaciones directamente han desaparecido por ahora.
El tema es que algunos trabajos o tareas son más apropiados para asociarlos a bonificaciones, mientras que otros no lo son.
Por lo general, se otorgan bonificaciones significativas cuando las acciones de un individuo tienen un impacto directo en los ingresos de la organización, por lo que los mejores vendedores suelen recibir grandes bonificaciones, al igual que los especialistas dedicados o los creativos exitosos.
Por el contrario, incluso los altos directivos de las organizaciones mecánicas, es decir, aquellas muy estructuradas, con cadenas de procesos largos y muy normados, pueden recibir pocas bonificaciones o ninguna, ya que el éxito de la organización proviene del buen funcionamiento del todo, que no es necesariamente atribuible a las acciones de los individuos o la falta de ellas.
Bien, la buena noticia es que el dinero no es la única ni la mejor manera de motivar, salvo para quienes esto es el interés principal, y en este caso, deberás intentar cosas como las acciones u opciones de acciones de la empresa, que pueden funcionar en ese sentido.
Pero fuera del dinero, hay algunas estrategias muy buenas y creativas para motivar y recompensar a los miembros de tu equipo, que son principalmente útiles en una economía en recesión.
Lo más problemático de esto es que, hay que trabajar bastante para detectar cuál es el mejor factor motivador para cada persona, porque aquí viene la mala noticia: la motivación es personal y no general.
Los factores motivantes dependen de muchas cosas, e incluso pueden cambiar en el tiempo para la misma persona, por lo cual, hay que estar atento en forma permanente, y ver cuáles están activos al momento de motivar.
Hay gente a la cual la motiva el desafío, por lo que deberemos buscar tareas en las cuales no hayan incursionado antes, o no tengan todos los conocimientos y deban adquirirlos sobre la marcha y en la práctica.
Hay otros cuya motivación pasa por tener un mejor balance entre la vida familiar y laboral, por lo que funcionarán bien las jornadas reducidas, los días libres o el teletrabajo.
Hay quienes se motivan con el aprendizaje, por lo que cursos desarrollados en y por la organización, en caso de no poder contratarlos, funcionan muy bien al igual que el coaching y el mentoring.
Otro grupo de personas se motiva con el reconocimiento tanto público como privado, por lo que, implementar menciones o cuadros de honor, en un caso, o premios como cenas o almuerzos con algún alto directivo en el otro, son muy bien recibidas.
Y por último, sin que se agoten las opciones con esta lista, hay muchas personas que se motivan con la socialización y el espacio lúdico con compañeros de trabajo, por lo que armar campeonatos deportivos, o concursos de algún tipo, más reuniones generales para algún festejo como cumpleaños o aniversarios, caen muy bien.
Personalmente, yo he implementado todas y cada una de ellas, pero seguramente hay muchas más, y me encantaría que aquellos que han practicado o puesto en marcha alguna diferente nos comentaran qué hicieron y cómo les fue, ya que compartir nos hace crecer a todos.
¿Nos cuentan?
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