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En las crisis, invierta en la gente

Actualizado: 7 ago 2020


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Durante los tiempos complicados, muchas empresas deciden hacer más de lo mismo con menos, presionando al personal y disminuyendo lo que consideran “elementos de costo prescindibles” como capacitación y beneficios.

Sin embargo, muchas otras han comprobado que trabajar en la gente dando cuidados extras, tiempo, atención y una gestión más madura y eficaz de los recursos, incluyendo cierto toque paternalista, ha dado muy buenos frutos y ha mejorado la productividad de los equipos internos, aumentando lo que podríamos llamar el ROI (Retorno de la inversión) del capital humano.

En estas empresas, los grandes transformadores son los gerentes y altos mandos, quienes ponen mucho de impronta personal, y se juegan por el activo más preciado: el capital humano.

Trabajan en construir mejores relaciones con sus líderes de equipo, recabando todo el tiempo información vital sobre cómo está la operación, y aceptando las ideas y ayuda de aquellos que tienen los conocimientos y experiencia del día a día.

Replican sus conocimientos en su gente para poder hacer una delegación efectiva, y así poder confiar en que se van a obtener los resultados deseados.

Son cuidadosos con los gastos, pero no conservadores a ultranza, manteniendo a sus equipos en forma para poder hacer frente a los cambios de mercado y las oportunidades que se presenten.

Trabajan en la motivación de los equipos, embarcándolos en proyectos valiosos, dándole los recursos necesarios para llegar al éxito y reconociendo sus logros, generando así un círculo virtuoso que estimula el desarrollo personal y profesional.

Construyen grandes equipos asegurándose que desarrollen un fuerte sentido de cómo trabajar juntos, y haciendo que comprendan su misión y el propósito, no solo de sus roles, sino también el de aquellos que le dan soporte y apoyo.

Trabajan arduamente en ser creíbles, y hacer que sus equipos también lo sean, generando una cultura de la transparencia.

Todas estas actividades son el motor de éxito y el factor diferenciador.

Muchas empresas tienen oportunidades para acceder a capital de riesgo, efectuar despliegues de tecnología y aplicar las mejores prácticas en las distintas áreas, pero, lo que cambia la ecuación es fundamentalmente su fuerza de trabajo, y ahí es donde se produce la ventaja competitiva.

Por eso, si las empresas quieren pasar las crisis y quedar mejor preparadas al final de las mismas, entonces debieran invertir en su fortaleza interna, comenzando por el capital humano.

Si esto aún no está en la cultura empresarial existente, lo más conveniente será usar el apoyo externo que sea necesario para generarlo.

Esto hará que, no importa cómo cambien los vientos, su organización estará preparada, y la última línea del balance se lo agradecerá…

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