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Armamento para los tiempos que vienen

Actualizado: 21 ago 2020


cerebro, armas blancas

Los que me conocen saben que soy un pacifista a ultranza, pero muchas personas con las que trato no lo son, así que busqué una analogía para aquellos que están en guerra permanente.

Cuando uno lee “armamento”, lo primero que piensa es en instrumentos de guerra y muerte, sin embargo, si lo entendemos como el conjunto de armas que uno tiene, puede darle una connotación diferente, es decir, pensar en aquellas competencias que uno posee para defenderse en la vida, sean entonces aptitudes y actitudes que nos resguardan y nos hacen sobrevivir, crecer y tener éxito.

Los tiempos que corren y los que vendrán nos exigen un mejor armamento ya que todo se ha complicado, las estrategias cambian constantemente y el mundo ya no es lo que era, ni en lo personal ni en lo laboral.

Nada permanece inalterable por mucho tiempo, la competencia es mucha y demasiadas veces desleal, por lo que debemos estar mejor preparados para cualquier situación.

Ahora, ¿sabemos cuál es nuestro inventario? ¿Podemos decir a ciencia cierta qué tenemos y qué no? Tener lo que se necesita y no saberlo, no nos da ninguna ventaja, y es casi lo mismo que no tenerlo.

Peor aún es creer que se tiene algo que no se tiene, por lo que hacer un recuento realista de nuestro armamento es, sin dudas, un paso fundamental en nuestra preparación para los combates.

Lo cierto es que, seguramente, tenemos muchas armas, algunas más útiles que otras, algunas más “aggiornadas” que otras, pero hay unas cuantas que no pueden faltarnos si queremos tener suceso en la batalla.

Algunas de las infaltables en estos días son:

  • una buena red de contactos para contención y alertas tempranas

  • la gestión estratégica de nuestros proyectos

  • una buena práctica de la introspección para estar conscientes de nuestros estados mentales y aprovecharlos

  • la investigación constante y el reconocimiento diario del ambiente en donde nos movemos

  • la innovación permanente

Por supuesto, todo esto combinado como en un buen cóctel. Ninguna de ellas por si solas es totalmente efectiva.

Pero además de estas aptitudes, hay algunas cuestiones emocionales que debemos cultivar, o adquirir en caso de no tenerlas, y las más importantes son las denominadas 5 P: Positividad, Proactividad, Pasión, Paciencia y Persistencia.

Positividad

No dejar que las emociones lo encierren, no auto-bloquearse y abrir la mente para aprender de otros.

Buscar activamente lo bueno de las situaciones, aún de las más adversas, y ser capaz de mostrarles a los demás “la luz al final del túnel”.

Proactividad

Ofrecer su experiencia voluntariamente, en especial poner foco en la transferencia de su conocimiento a otros.

Dar el primer paso, y perder el temor a equivocarse, transformando errores en aprendizajes.

Pasión

Mostrar que ama lo que hace ahora, y que puede abrazar el futuro con el mismo amor.

Poner el cuerpo y el alma en lo que emprenda, porque solo con el ejemplo tendrá seguidores capaces de hacer lo propio.

Paciencia

La performance individual no se mide en lapsos cortos, por lo que hay que estar preparado para una visión de largo plazo y adoptar una actitud flexible a los cambios sin perder el rumbo.

Ser tolerante con los errores de los demás, tanto como con los propios.

Persistencia

Trazar y seguir un plan, desarrollar la estrategia, y mantener el ímpetu.

Estar siempre consciente de que el paso de hoy, por más pequeño que sea, indefectiblemente es parte del camino al mañana.

Las batallas no son fáciles, y las guerras no se ganan sin pérdidas, así que hay que estar preparado para fallar, para caerse y volverse a levantar, pero es condición fundamental mantener nuestro armamento en buen estado, actualizado y por sobre todas las cosas, saber usarlo.


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