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Cuando las ventas dejaron de ser cuestión de suerte

IA, ventas consultivas, entender al cliente

Recuerdo una reunión con un director comercial que, entre suspiros y cafés fríos, me confesó: 

—Danny, nuestros vendedores hacen lo que pueden… pero cada uno vende “a su manera”. 


Su manera” —esa expresión tan inocente y tan letal— suele ser el cementerio de la efectividad comercial.


En esa empresa (una textil con vendedores distribuidos en el interior del país), cada vendedor tenía su propio sistema de seguimiento, su propia hoja de cálculo y su propia idea de lo que era “atender bien al cliente”.

El resultado: 10 formas de vender, 10 maneras de perder oportunidades. 

Y lo más grave: nadie sabía exactamente por qué se ganaba o se perdía una venta.

Era un misterio envuelto en excusas. 

 

Ahí fue cuando lancé una de mis frases favoritas: 

"No existe la casualidad en las ventas, solo sistemas que no están medidos"

Ese día comenzamos una transformación que, sin saberlo, cambiaría toda la estructura comercial. 

 

El problema oculto: vender sin sistema es vender con fe 

Durante años, muchas organizaciones confiaron en el carisma de sus vendedores.

Se asumía que un buen “olfato comercial” era suficiente.


Pero hoy, la intuición sin datos es como conducir con los ojos cerrados: puede que llegues, pero no sabes cómo ni cuántos quedaron en el camino. 


Lo que observamos en ROI Agile es que la mayoría de los equipos comerciales aún operan bajo paradigmas del siglo pasado: 

  • CRM incompletos o desactualizados. 

  • Seguimientos manuales imposibles de escalar. 

  • Estrategias de marketing y ventas que no se hablan entre sí. 

  • Poca o nula inteligencia en el uso de datos. 

 

Y así, mientras el mundo avanza hacia modelos de IA con tecnología humanizada (donde la tecnología potencia la empatía, no la reemplaza), muchos vendedores siguen atrapados entre llamadas perdidas y hojas de cálculo. 

 

El nacimiento del Comercial Tecno-Human-IA (THIA)

Hace unos años, un cliente del sector educativo llegó a nosotros desesperado.

Tenía 18 asesores académicos, un CRM lleno de contactos y una tasa de conversión que daba vergüenza ajena: apenas el 4%. 

 

Aplicamos un modelo de actuación comercial para transformar la forma de vender, integrando neurociencias, inteligencia artificial, agilidad, automatización, ventas consultivas, y un poco de formación humanística como suavizante. 

El resultado, tras 90 días: la productividad individual subió un 38% y la tasa de cierre escaló al 14%.

Pero lo más importante fue el cambio cultural: el equipo empezó a pensar estratégicamente, a disfrutar del proceso y a usar la tecnología como un aliado, no como un enemigo. 

 

Usar métodos no es magia, es ordenar, simplificar y tener una manera única y comparable de hacer las cosas.

Y, como decía Peter Drucker

“Lo que no se mide, no se puede gestionar; lo que no se gestiona, no se puede mejorar.”

Y nada se puede mejorar y gestionar si cada uno hace la misma tarea de forma diferente.


Cómo funciona el modelo en el día a día para un THIA

Analiza oportunidades con foco estratégico. 

El Comercial THIA ya no busca clientes, los detecta a través del análisis de patrones y comportamiento digital. 

 

Nutre los embudos de venta con leads calificados. 

Utiliza herramientas como HubSpot, Zoho CRM o agentes de Inteligencia Artificial para automatizar tareas repetitivas y nutrir prospectos con contenido de valor. 

 

Se relaciona con seguimiento inteligente. 

Los sistemas “piensan con él”: recuerdan fechas clave, anticipan necesidades, sugieren próximas acciones, analizan el mercado y avizoran posibles riesgos. 

 

Transforma prospectos en clientes mediante conversaciones consultivas. 

Ya no se trata de “cerrar ventas”, sino de generar relaciones de largo plazo. 

 

Fideliza clientes con experiencias memorables

Cada contacto con clientes será cálido, atento y estará lleno de información útil y vocación de servicio


Trabaja en la automatización de contacto

Genera respuestas automáticas inmediatas y atención constante a tiempo completo para cualquier duda o consulta de sus clientes.


 Y todo esto, sin necesidad de bajar precios ni subir costos, sino simplemente conectando datos, tecnología y propósito humano. 

 

Lo que nadie te dice sobre la productividad comercial 

Uno de los mayores beneficios de este modelo no es solo vender más, sino vender con sentido.

Cuando cada vendedor entiende el propósito de su cliente, su trabajo deja de ser una rutina y se convierte en una misión. 

 

Hace poco, en una empresa de servicios logísticos, una de nuestras consultoras me dijo: 

—Nunca pensé que entender cómo piensa el cliente iba a hacerme disfrutar tanto de venderle. 

 

Y ahí está la clave.

Las neurociencias aplicadas a las ventas (que tantos estudios respaldan, como los del Dr. Antonio Damasio) nos enseñan que las decisiones de compra son 80% emocionales. 

Por eso, un CRM sin empatía es un registro frío, pero un comercial THIA convierte los datos en comprensión humana. 

 

Preguntas para evaluar el estado de tu organización en ventas

  1. ¿Tus equipos comerciales siguen vendiendo “a su manera”? 

  2. ¿Tienes visibilidad real sobre el embudo de ventas o dependes de reportes parciales? 

  3. ¿Tu CRM se usa como una herramienta estratégica o como un simple registro? 

  4. ¿El equipo de marketing y el de ventas hablan el mismo idioma o parecen de empresas distintas? 

  5. ¿Tus vendedores sienten que la tecnología los potencia o los reemplaza? 

  6. ¿Tienes un modelo claro de fidelización o solo esperas que los clientes regresen por inercia?

  7. Siendo que la tecnología avanza a pasos agigantados ¿Estás entrenando a tu gente en forma constante en las nuevas alternativas tecnológicas?

 

Conclusión: el futuro no se espera, se entrena 

La historia del comercial de la textil terminó bien.

Implementaron el modelo THIA y hoy, cuando un cliente llama, no hay improvisación: hay estrategia, hay método, hay humanidad. 

 

El mercado no premia al que trabaja más, sino al que aprende más rápido.

Y la venta moderna es eso: una danza entre ciencia y empatía. 

 

Como dijo Isaac Asimov

“La violencia es el último recurso del incompetente.” 

Y en ventas, la improvisación es esa violencia silenciosa.

La competencia en el mundo actual se gana con conocimiento, método y personas que aman lo que hacen. 

 

Si estás listo para transformar tu fuerza comercial y dejar atrás el azar, hablemos.

En ROI Agile podemos ayudarte a crear tu propio equipo de Comerciales THIA. 

Coordina una reunión con nuestro equipo.


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